Viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre
Tengo que reconocer que me gusta visitar a países raros, es una debilidad. Países que haya visitado poca gente y en los que apenas te encuentres turistas. Para mi esto es un lujo y me permite ver el país de manera más natural. El turismo muchas veces parece distorsionar el carácter de cada país, creando clones en los que encontramos las mismas cadenas de restaurantes, las mismas tiendas…,cambiando solo los monumentos antiguos y la piel e idioma de la gente. Porque también la arquitectura moderna parece estandarizada en cualquier parte del mundo. Por eso surge en mi cabeza la idea de organizar este viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
Siguiendo este criterio me fijé en países del golfo pérsico. Tras mis anteriores visitas a Catar y Emiratos Árabes Unidos, puse mi lupa en dos pequeños países: Baréin y Kuwait. Para completar el viaje, se me ocurrió volver a visitar Estambul. Hacía mucho tiempo que había visitado Estambul por primera vez en un viaje de ecuador de la carrera de Ingeniería Industrial, cuando esta carrera eran 6 años+proyecto ( se solía hacer un viaje en tercero y otro en sexto), y quería comprobar si 22 años después la ciudad volvería a deslumbrarme. Ya te respondo que si, junto con Roma y mi Valladolid natal, están entre mis ciudades favoritas.
1 .- Preludio de un viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre
Tengo que reconocer que de Baréin sólo conocía que era un diminuto país del Golfo Pérsico que estaba muy cerca de Arabia Saudí. De Kuwait sabía que tenía mucho petróleo y que era un país rico, además de recordar perfectamente las imágenes en la televisión de la guerra del golfo, una guerra que prácticamente vivimos en directo desde nuestro sillón, y donde por supuesto, los iraquíes eran los malos y los estadounidenses y los Kuwaitíes los buenos. Ahora no hago estas divisiones tan simples de la geopolítica, pero es que la guerra del golfo me pilló siendo un pipiolo.
Lo que mas me costó planificar del viaje fueron los vuelos, ¿A dónde volaba primero?, ¿desde dónde volvía a España?. Al final cuadré el vuelo de ida y vuelta y los vuelos internos con un coste inferior a 500 euros, lo cual creo que no está nada mal. No es que está cuadratura sea la perfecta, ya que dependerá en cada momento del coste de los vuelos y las fechas, pero un viaje lleva mucho tiempo de preparación para que salga bien y cueste lo menos posible.
Lo que si tenía claro era que quería alquilar un coche tanto en Baréin como en Kuwait, y eso finalmente fue un acierto para poder moverse libremente, y no nos supuso ningún problema. En Estambul, al visitar sólo la capital, no hizo falta alquilar el coche y nos movimos en transporte público y sobretodo andando.
2.- Itinerario de un viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre (con mapas)
Día 1: Llegada a Kuwait, visita del desierto y del fish market
El avión desde Madrid, con escala en Estambul, llegó a Kuwait de madrugada, así que después de los trámites del visado fuimos rápido al puesto de Budget en la sala de llegadas y cogimos el coche que habíamos reservado previamente. El aeropuerto está a 16 Km. del centro de la ciudad y llegamos ya de madrugada al hotel, así que tocaba reponerse para estar frescos por la mañana. Hasta las 11 no nos pusimos en marcha, era de esperar…pero estábamos deseando comenzar nuestro viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
Nuestro primera visita pretendía ser la isla de Bubiyán, en la lista indicativa de la Unesco debido a la abundancia de aves migratorias. Sin embargo cuando llegamos al puente de Bubiyán, un destacamento del ejército nos impidió cruzarlo. Parece ser que la zona es sólo militar y no se puede acceder debido a su cercanía con Irak.
La carretera para llegar discurre por la mitad de desierto y sólo vimos pozos petrolíferos, líneas eléctricas y camellos, algunos tan fotogénicos como el de la foto.
Una mezquita rosa
Tras el fracaso del intento de visita a la isla de Bubiyán, dimos media vuelta y fuimos a visitar la Ftooh mosque. ¿Te imaginas una mezquita de color rosa en la mitad del desierto de Kuwait?. Pues correcto, eso es la Ftooh mosque . Una mezquita de arquitectura con formas simples en mitad de la nada y con un patio que es un remanso de paz. Al lado hay unas tiendas de comestibles por si necesitas comprar algo en el árido desierto.
A la vuelta vimos rebaños de camellos dirigidos por un par de camelleros y más camellos sueltos por el desierto, incluso por la mitad de la carretera.
Tras el periplo camellero-desértico, regresamos a la civilización y pusimos rumbo a Kuwait city. Entramos por su autopista de 4 carriles y ya pudimos ver el perfil de sus rascacielos. Aparcamos cerca de la biblioteca pública, un edificio acristalado con el afán de emular la arquitectura actual, pero, ¿qué pinta un edificio con tanto cristal en una ciudad desértica azotada por el polvo?.
El fish market
Desde la biblioteca, caminando pegados a la costa, y llegamos al fish market. Es un espectáculo ver los puestos de pescado con una mercancía que parece fresquisima, con especies diferentes a las que estamos acostumbrados a ver en España. A un lado del fish market tenemos el puerto pesquero tradicional, y al otro lado el puerto deportivo y el centro comercial Souk Sharq. Desde la parte trasera del fish market vimos la caída del sol con un amigo especial que merodeaba por allí.
Aprovechando que el museo Nacional de Kuwait cerraba tarde, lo visitamos y así dimos por finalizado este primer día de visita a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
Día 2: Museo marítimo, museo del petróleo, Kuwait towers y Opera house fountain
Temprano nos dirigimos a la Marina Beach para intentar comprar un billete hacia la isla de Failaka, pero no tuvimos suerte, así que lo intentariamos al día siguiente. Desde la Marina tenemos una buena panorámica de la ciudad de Kuwait, de sus rascacielos y de su contaminación matutina.
Desde allí nos dirigimos al Hashemi marine museum, un museo marítimo realmente interesante con muchas tipologías de barcazas usadas a lo largo de la historia del país y con la reproducción de un gigantesco dhow (barco típico) que se puede visitar.
El museo del petróleo
Hicimos una breve parada en la Messilah beach, una de las mejores playas de Kuwait, antes de llegar al KOC Ahmed Al Jaber Oil&Gas Exhibition, que en cristiano es el museo del petróleo de la compañia petrolífera Kuwaití. Un moderno e interesante museo imprescindible en una visita a Kuwait por libre.
Puede que las siglas KOC no te suenen de nada, pero seguro que has visto alguna gasolinera Q8.
En el sur de Kuwait aparecía en el mapa del google una serie de canales que respondían al nombre de Al Khiran resort, y ni corto ni perezoso allá que nos fuimos para comprobar in situ que era aquello, es la ventaja de visitar un país pequeño. Cuando llegamos pudimos comprobar que era una especie de urbanización entre canales a medio construir y para gente bastante rica. Era curioso ver el contraste entre las casas en construcción y las chabolas donde vivían los operarios que las construían, seguramente pakistaníes e indios.
Me pareció todo demasiado artificial y sin ningún tipo de alma, pero juzgalo tú mismo. A la entrada de la urbanización hay unos depósitos de agua elevados pintados de blanco y azul, muy característicos de Kuwait.
Green Island
Desde aquí nos fuimos a Green Island que es una isla artificial que sirve de relax para los habitantes de Kuwait. Desde allí se tienen unas estupendas vistas de Kuwait city.
Paramos posteriormente en la Dasman beach con unas espléndidas vistas de las torres de Kuwait.
Llegamos a las torres de Kuwait y accedimos al mirador de la parte superior. Lo hicimos a una hora que nos permitió ver la ciudad de día, al atardecer y de noche.
Por último, nos acercamos al Sheikh Jaber Al-Ahmad Cultural center, que de noche está precioso con su iluminación nocturna. En el parque que está justo al lado puedes ver un espectacular juego de agua, luces y sonido en la opera house fountain. Tras cenar en un restaurante de la zona llegó el momento de volver al hotel.
Día 3: Visita de Al Shaheed Park y de la isla de Failaka
Muy temprano visitamos el parque de Al Shaheed, un parque muy cuidado, que nos gustó mucho y que tiene muy buenas vistas de los rascacielos Kuwaities.
Luego nos fuimos a la Marina Beach y esta vez si hubo suerte y pudimos embarcar hacia la isla Failaka. Cogimos el primer barco de ida y el último de vuelta para aprovechar todo el tiempo posible en la isla. Una vez allí puedes ver ruinas arqueológicas, una granja de camellos, montar a caballo, ver lo que queda de las edificaciones de la isla tras la invasión irakí, dar pedales en una barca en un lago artificial, ver un pequeño museo, y sobretodo, contemplar un magnífico atardecer desde la playa con vistas de Kuwait city. Un imprescindible en un viaje a Kuwait, Bahrein y Estambul por libre.
De regreso a Kuwait city fuimos al enorme centro comercial «The Avenue mall» donde cenamos.
Día 4: La gran mezquita, rascacielos de Kuwait city, Yahra fort y vuelo a Baréin.
Para ser nuestro último día en Kuwait teníamos por delante una jornada bastante ajetreada. Dejamos el hotel, que ha cumplido las expectativas y nos dirigimos hasta la torre de la liberación, una especie de pirulí pero más grande. Desde ahí, nos dirigimos al zoco de Al Mubarakiya, que ocupa muchas calles y es uno de los más antiguos de Kuwait, pero debimos llegar muy pronto y encontramos todo cerrado.
Posteriormente hicimos la visita guiada de la gran mezquita, un edificio que por dentro es realmente espectacular.
Seguimos con una ronda por los rascacielos de Kuwait: Kipco Tower, Al Hamra o NBK tower, fueron nuestras siguientes visitas. Dejamos momentáneamente Kuwait city y nos dirigimos a Yahra, donde pudimos visitar su fuerte rojo, muy importante en la historia del país.
La carretera 80
Y llegó el momento de recorrer la carretera 80 hacia la frontera de Irak. Por esta carretera entraron las tropas iraquíes durante la invasión de Kuwait. Había leído en un blog que quedaban restos de tanques y otros elementos bélicos, pero nosotros no vimos nada de nada. Recorrimos la 80 y luego giramos hacia la derecha para intentar otra vez acceder a la isla de Bubiyán, o al menos ver el delta, pero fue imposible. En el trayecto puedes ver muchos pozos petrolíferos, algún cartel de agradecimiento a las tropas americanas por su ayuda en la guerra y camellos claro. Además puedes estar muy cerquita de la frontera de Irak, que eso tiene su aquel.
Incluso vimos un pozo petrolifero ardiendo, se ve que a los Kuwaities les sobra el petróleo .
Debido a la destrucción de pozos en la guerra del golfo, aún quedan verdaderos lagos de petroleo. Es difícil encontrarlos pero nosotros pudimos visitar Al Bahrah Oil Lake. Puedes tirar una piedra para comprobar la densidad del petróleo pero no se te ocurra tirar una cerilla jeje.
De vuelta a Kuwait city fuimos a visitar la mirror house, y a pesar que se encontraba cerrada, pudimos ver su curioso exterior. Desde allí visitamos el magnífico Tareq Rajab Museum, seguramente el mejor museo de la ciudad, destacando la caligrafía, ropa, joyas y cerámicas.
Dimos por finalizada nuestra visita al país con un recorrido por el zoco de Mubarakiya que habíamos encontrado cerrado por la mañana, contemplando puestos muy variados y en los cuales te entraban siempre ganas de comprar…y de comer.
A nuestro pesar tuvimos que dar por finalizado nuestro periplo de 4 días por este país. Salimos en dirección al aeropuerto y dejamos el coche de alquiler. A las 22:50 salía nuestro vuelo hacia Baréin. Desde el aire pudimos hacer una preciosa fotografía de Kuwait city de noche.
Día 5: Viaje a Baréin, visita de Qal’at al-Bahrain, circuito Fórmula 1 y árbol de la vida
Llegamos a Baréin pasadas las 12 de la madrugada y tras los trámites del visado, fuimos directos a recoger el coche que teníamos alquilado con Budget. Nos dirigimos a nuestro hotel, el Gulf Court Hotel, y tras registrarnos rápidamente dormimos que había sido un día agotador.
Al día siguiente hicimos un esfuerzo y nos levantamos pronto. Nuestra primera parada fue la antigua capital de la civilización Dilmun, Qal’at al-Bahrain. Un sitio arqueológico reconocido como patrimonio de la humanidad y que seguramente sea la visita más interesante de un viaje a Baréin.
Desde allí seguimos visitando emplazamientos de la antigua cultura Dilmur, y nos acercamos a los restos del templo de Barbar del 2100 a.c. Cuando llegamos estaban realizando trabajos con un dron unos arqueólogos.
Baréin está separado de Arabia Saudí por un puente y no se nos ocurrió otra cosa que tomarlo para acercarnos a la frontera y ver que nos encontramos. Realmente salvo la sensación de estar al lado de la frontera de Arabia Saudí, no vas a ver nada más.
Circuito de Fórmula 1
Antes de visitar el circuito de fórmula 1, paramos en A’ali para ver sus campos de túmulos de la civilización Dilmun. Es una pena que no lo tengan explotado y que cada vez las viviendas acorralen más a los enterramientos.
El circuito de fórmula 1 de Baréin tiene acceso libre y puedes ver la pista y las gradas, además puedes darte una vuelta por la tienda si quieres comprar alguna cosa. Reconozco que es la primera vez que estaba en un circuito de fórmula 1. Aproveché para comprarme un polo y una gorra impermeable .
Después, una pequeña parada en Jazaer beach, antes de llegar al museo del petróleo y ver el primer pozo petrolífero de Baréin. La actividad del petróleo no está tan desarrollado como en Kuwait, pero también es importante para la economía del país.
Nos acercamos al árbol de la vida, de la especia Prosopis cineraria con casi 10 metros de altura y 400 años de antigüedad. Lo curioso del árbol es que crece en la mitad del desierto y no se tiene claro cómo obtiene el agua para sobrevivir.
Atardecer en Durrat Al Bahrain
Al igual que ocurrió en Kuwait, vimos en el sur de Baréin en el googlemaps una urbanización llamada Durrat Al Bahrain, con forma de islas artificiales y muy parecido a las existentes en Dubai. Llegamos hasta allí pero la seguridad privada no nos dejó pasar, así que ya sabéis que el acceso no es libre. Se puede ver más o menos como son las islas artificiales, pero vamos que no os perdéis mucho si no lo veis. Al lado pudimos disfrutar de un precioso atardecer antes de ir a cenar a Manama, en concreto a un restaurante del centro comercial The Avenues.
Desde The Avenues se tiene una preciosa vista de los rascacielos de la zona financiera. Una visita imprescindible en cualquier viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
Día 6: Museo Nacional de Baréin, Arad fort, Al Muharraq, Riffa fort y zoco de Manama
El día de hoy lo comenzamos visitando la gran mezquita Al-Fateh en la capital Manama, que es la mezquita más grande de Baréin, con capacidad para 7000 personas y donde puedes hacer una visita guiada. Es bonita pero no es tan espectacular como la de Kuwait.
Desde aqui nos trasladamos a Beit al Quran con un museo islámico con una colección de coranes impresionante. La siguiente parada fue la visita del Museo Nacional de Baréin, que nos dejó muy buen sabor de boca y es mucho más completo que el de Kuwait city. Podrás ver objetos de la cultura Dilmun, así como aprender más sobre los enterramientos de esta antigua civilización.
El fuerte de Arad y Al-Muharraq
Saliendo de Manama, y atravesando Muharraq, llegamos al fuerte de Arad, una fortaleza islámica del siglo XV bastante bien conservada.
Nuestra siguiente parada fue la ciudad de Al Muharraq, antigua capital de Baréin y que es conocida por ser el centro más importante del comercio de perlas en el golfo. Dimos una vuelta por su puerto pesquero y por sus estrechas y pintorescas calles con edificios que reflejan su antiguo esplendor comercial.
Ya de noche llegamos al Riffa fort del siglo XIX que nos lo encontramos cerrado. Tiene una bella iluminación nocturna.
Volviendo a Manama, dejamos el coche en el parking que hay enfrente de la Bab Al Bahrain, en el centro de la ciudad, y dimos una vuelta por el zoco. Nuestro periplo de dos días en Baréin había finalizado y nos disponíamos a comenzar una nueva aventura turca…
Día 7: Vuelo a Estambul, Topkapi, Arqueológico, la cisterna bizantina y paseo nocturno
El vuelo salió a la impetuosa hora de las 2 h y 10 minutos de la mañana. Era el vuelo que mejor nos cuadraba para poder dedicarle todo el día anterior a Baréin, sin embargo iba a ser una auténtica paliza. Conseguí dormir algo en el vuelo y llegamos a la capital turca a las 6 30 de la mañana. Esta vez no íbamos a alquilar coche ya que no nos moveríamos de Estambul. Así que cogimos el Havabus shuttle que nos dejó en la plaza de Taksim, y desde allí en metro llegamos a nuestro hotel situado en la explanada de las mezquitas. Agradecimos un montón que el hotel nos dejara la habitación antes, y así pudimos dormir tres horitas para estar más descansados.
Palacio de Topkapi
Salimos del hotel y ya estábamos en la explanada de las mezquitas, fue un momento único volver a encontrarme allí. Nos dirigimos al palacio de Topkapi, y tras ver la fuente de Ahmed III entramos. La iglesia de Santa Irene es lo primero que vimos dentro del recinto del palacio. Luego veríamos el harem, el tesoro imperial, las reliquias, la colección de relojes…, vale la pena venir a Estambul sólo por ver este palacio, uno de los mejores que podrás visitar en el mundo.
Desde el palacio fuimos al museo arqueológico de Estambul, que es un museo de primer nivel mundial. Destacan sobretodo su colección de sarcófagos, y entre todos el llamado sarcófago de Alejandro Magno. También son reseñables las piezas sumerias, fenicias o los mosaicos vidriados de la puerta de Ishtar en Babilonia. Un imprescindible en cualquier viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre, me encantó.
La cisterna bizantina
A continuación, visitamos otro punto fuerte de la ciudad turca, la cisterna bizantina construida por Justiniano en el año 532. Uno de estos edificios que te gustaría visitar en completo silencio y sin gente alrededor para disfrutar de esa tenue luz que embruja el espacio…sin embargo había muchos visitantes.
Tras cenar en el restaurante del hotel con espléndidas vistas de la explanada de las mezquitas, dimos una vuelta para ver las mezquitas de noche. No me acaban de convencer los colorines led de las fuentes, ¿qué opináis vosotros?.
Día 8: Mezquita azul, Santa Sofía, el hipódromo, zona de la universidad y Galata
Tras un buen desayuno, nuestra primera visita fue la mezquita azul, con 6 estilizados minaretes que apuntan al cielo. Fue un poco decepcionante porque estaban restaurando la mezquita por dentro y sólo podía verse un trozo. A la memoria me vino la primera vez que la ví y la fuerte impresión que me causaron su cascada de cúpulas y sus azulejos azules de Izmir. Cuando vuelva a Estambul, sin duda esta será mi primera parada.
La esplendorosa Santa Sofía
El museo de Santa Sofía ha sido recientemente nombrado mezquita de Santa Sofía y vuelve a tener culto. Yo tuve la suerte de visitarla cuando aún era museo. Para mi, la llamen como la llamen, siempre será la iglesia bizantina de Santa Sofía (al igual que para mi es la mezquita de Córdoba y no la catedral de Córdoba). Este monumento bizantino es uno de los edificios clave de la humanidad, y sin duda, estará en cualquier lista hecha por profesionales del arte entre los 10 monumentos más importantes del mundo. No hay que dejarse engañar por su pobre exterior. Tras ver la mezquita azul, Santa Sofía nos parece la hermana pobre, como si no hubieran tenido tiempo de terminar su decoración exterior, pero… el interior es magnífico, apabullante, increíble, celestial.
Con Santa Sofía me pasó lo contrario que con la mezquita azul. La primera vez que fui su cúpula estaba completamente tapada con andamios, sin embargo ahora, sólo tenía una pequeña parte cubierta de ellos ( la osadía de su construcción ha pasado factura a la estructura). Así que esta vez si pude apreciar bien esa enorme cúpula que parece flotar en el cielo. Por supuesto que también disfruté de sus magníficos mosaicos, que ahora quieren tapar con una cortinilla durante el culto… (cosas de Erdogan)
Sin lugar a dudas, estas dos mezquitas son las más importantes y su visita es imprescindible en cualquier viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
El hipódromo bizantino
De camino al hipódromo visitamos la tumba del Sultán Ahmet, con su espléndida cúpula. Ya en el antiguo hipódromo romano, del que sólo queda algún resto, visitamos el obelisco egipcio, el obelisco de Constantino y la columna serpentina antes de entrar en dos museos cercanos a la plaza:
– El museo de los mosaicos: con restos en su emplazamiento original de mosaicos pertenecientes al palacio de los reyes bizantinos
– El museo de arte turco e islámico: Con restos del antiguo hipódromo y una colección de objetos del antiguo imperio otomano. Desde la terraza hay una fantástica vista de la plaza y de la mezquita azul.
La zona de la universidad
Camino de la zona de la universidad, nos detuvimos para ver la ennegrecida columna de Constantino en Cemberlitas. Ya en la zona de la universidad, vimos su preciosa fachada. También vimos por fuera la mezquita de Bezayid, que se encontraba en obras en ese momento. En la zona podemos ver dos de las mejores mezquitas de Estambul. Por un lado la mezquita Mehmet, también llamada mezquita del príncipe, que nos pareció realmente preciosa. Es del siglo XVI y la construyó el eunuco gobernador de Egipto, Mesih Mohamed.
Muy cerquita de la mezquita del príncipe se encuentra el acueducto romano de Valente del siglo IV.
La otra gran mezquita que se puede ver en los alrededores es la mezquita de Solimán. Era la más grande hasta 2019 y es seguro que la divises desde muchas partes de Estambul porque está en una colina. Fue realizada en el siglo XVI por uno de los mejores arquitectos que haya existido jamás: Mimar Sinan, con líneas simétricas y formas más racionales, seguramente por influencia italiana. Desde la mezquita se tiene una magnífica vista del cuerno de oro y en las cercanías se puede ver la tumba del arquitecto Sinan.
Zona de Galata
Tengo que decir que no tuvimos mucha suerte con el tiempo durante nuestra estancia en Estambul, y salvo el primer día, el resto de los días estuvo bastante nublado o lloviendo. Una pena para las fotos y porque nos perdimos el amanecer desde la terraza del hotel con la explanada de las mezquitas de sublime decorado.
Tras la visita de la mezquita de Solimán, nos dirigimos a la zona de Galata, y para ello cruzamos el puente desde donde se tienen espléndidas vistas. Tomamos el teleférico para llegar hasta la zona de la torre de Galata y nos acercamos a tomar un té al Galata Konac Cafe, famoso por las vistas de la ciudad, y damos fe que son magníficas. Aprovechamos para cenar por la zona de Galata y regresar al hotel con un panorámico paseo.
Día 9: Gulhane park, bazar egipcio, Taksim, Dolmabahce y Derviches
A las 9 00 desayunamos en la magnífica terraza de nuestro hotel y de nuevo teníamos un día bastante nublado. Nuestra primera visita fue el Gulhane park, muy cerca del palacio Topkapi, y donde se encuentra el museo de la ciencia y técnica del Islam, situado en los antiguos establos. A través de réplicas, nos muestra los instrumentos científicos desarrollados entre los siglos IX y XVI. Prescindible si no tienes mucho tiempo.
Al final del parque no encontramos una gran bandera turca y una estatua del fundador de la Turquía moderna: Mustafa Kemal Ataturk. Desde este punto hay unas bellas vistas del canal del Bósforo y de la parte europea y asiática.
El bazar egipcio
Caminamos desde allí hasta el bazar egipcio, construido en 1663 para mantener económicamente la mezquita nueva cercana, que estaba cerrada por obras en nuestro viaje. El bazar es un placer sensorial y un buen sitio para comprar especias, dulces o frutos secos. Al lado hay un mercado de flores y aves.
Cruzando de nuevo el puente Galata, pero esta vez disfrutando de las vistas diurnas, pudimos ver numerosos pescadores que pescaban peces pequeños y los metían en cubos con agua. Desde allí, nos dirigimos al museo de Galata Mawlawi house, donde puedes aprender más sobre esta mística rama del sufismo fundada en 1273. Lo más destacado son sus derviches giróvaros que giran sobre sí mismos al ritmo de la música. Por la tarde asistiríamos a un espectáculo en este mismo lugar.
Bajando por la comercial y animada calle Istiklal Cadessi, llegamos a la plaza de Taksim, el centro neurálgico del Estambul moderno. Destaca el monumento en conmemoración de la creación de la república turca y una enorme mezquita que en nuestra visita estaba en construcción.
El palacio de Dolmabahce
Desde Taksim nos desplazamos hasta el palacio de Dolmabahce, visitando antes la pequeña y coqueta mezquita que está al lado y con el mismo nombre. Este palacio lo recordaba muy bien de mi primera visita a Estambul, recordaba su magnificiencia, sus puertas al Bósforo y sus enormes lámparas. Nada ha cambiado, sigue siendo igual de magnífico.
De vuelta, comimos algo rápido en un restaurante cerca de Taksim y fuimos a ver el espectáculo de los derviches en el Galata Mevlevi House. Llegamos un poco justos de tiempo y estaban casi todos los sitios ocupados, aunque conseguimos buenas plazas finalmente. Es hipnotizante ver a los derviches girar sobre sí mismos sin parar. Ellos creen que es más fácil estar cerca de Dios con la meditación, la música y la danza. Sin lugar a dudas, estamos ante un imprescindible en cualquier visita a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
Día 10: Paseo en barco por el Bósforo, Eyup, fortalezas y Gran Bazar
Amaneció el día muy nublado, y tras desayunar, fuimos al puerto cercano al bazar egipcio para contratar la excursión en barco por el Bósforo. Nada más tomar el barco tuvimos unas vistas espectaculares, y sólo era un preludio de lo que quedaba por venir.
Puedes elegir entre varios recorridos, pero nosotros elegimos el recorrido de ida y vuelta hasta el puente de Fatih Sultan Mehmet, justo al lado de la fortaleza Rumeli Hisari. A lo largo del recorrido podrás ver numerosos monumentos y Estambul desde otra perspectiva. Esto hace que esta excursión sea un imprescindible para visitar en un viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre, no te la pierdas.
San Salvador de Cora y sus mosaicos
Tras el paseo por el estrecho del Bósforo visitamos la iglesia de San Salvador de Cora, en la zona de Fatih. Esta pequeña iglesia bizantina iniciada en el siglo XI, y que por fuera no es muy vistosa, guarda una espléndida colección de mosaicos del siglo XIV, que están entre los mejores conjuntos que se conservan en el mundo. Cuando la visitamos estaba en obras, pero aún así pudimos contemplar prácticamente todo su interior, no asi su exterior.
De camino a la zona de Eyup, pasamos por el palacio de los porfirogenetas o palacio del soberano, donde destaca la policromía de su fachada, aunque en nuestra visita lo estaban restaurando y no se podía visitar. Eyup es una de las zonas que mas me gustó de Estambul. En la plaza de Eyup visitamos la mezquita, con una tumba de un amigo de Mahoma muy concurrida por creyentes. El ambiente en esta mezquita es el más auténtico y fervoroso que hemos visto en Estambul.
Desde allí puede tomarse un camino ascendente hasta el célebre café Pierre Loti. En la ascensión estaremos rodeados de tumbas y de gatos. Desde el café pueden contemplarse unas maravillosas vistas del cuerno de oro. Aprovechamos para tomarnos un té en la terraza, pero la fuerte lluvia hizo que rápidamente tuviéramos que buscar sitio en el interior.
Fortalezas y murallas de Estambul
Como teníamos poco tiempo, desde allí tomamos un taxi y nos dirigimos a la espléndida fortaleza de Rumeli Hisari que habíamos contemplado por la mañana desde el barco en nuestro paseo por el Bósforo. La fortaleza del siglo XV es una sucesión de torres y murallas, aunque muchas estaban cerradas.
Y de fortaleza a fortaleza y tiro porque me toca. Nos acercamos en tren a Yedikule, llamado castillo de las siete torres. En el complejo podemos ver la fortaleza, la puerta dorada y parte de la muralla, sin embargo la zona está un poco descuidada. Seguramente si lo pusieran más en valor tendría un enorme potencial.
El gran bazar
Antes de volver a España no podíamos dejar de visitar el gran bazar, así que ya de noche nos acercamos a este dédalo de callejuelas que es una de las postales más características de Estambul. Aqui puedes comprar de todo y tirarte horas deambulando por sus 64 calles y 3600 puestos.Un imprescindible que visitar en un viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
Después de visitar el gran bazar, cenamos y fuimos al hotel. Al día siguiente tocaba coger de nuevo el metro hasta Taksim, y desde allí el bus hasta el aeropuerto. Nuestro avión salía a las 10 00 de la mañana. Terminaba así un viaje de lo más variado, en el que habíamos recorrido tres países y vivido decenas de experiencias gratificantes en este viaje a Baréin, Kuwait y Estambul por libre.
GUÍA DEL VIAJE BARÉIN, KUWAIT Y ESTAMBUL POR LIBRE
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