Rutas y que ver en Castronuño

En la época romana la localidad se situaba en lo alto del cerro, bien comunicada y fácil de defender. Durante la Edad Media su caserío se apiñaba en el  alto de la Muela, en torno al castillo, convirtiéndose en una plaza fuerte.

A mediados del siglo XII, la Villa fue reedificada por D. Nuño Pérez de Lara, alférez mayor de Alfonso VII, tomando entonces el nombre de este personaje. Alfonso VII concede los fueros a la villa en el año 1.252.

Ya en 1439 se produce el juicio al Condestable de Castilla D. Álvaro de Luna, y ya sabemos el final…acabó muriendo en Valladolid. En 1468 se celebró la Conferencia de Castronuño, de la que surge la reunión donde se fraguó el Pacto de Guisando, por el cual Enrique IV dejaba a Isabel la Católica como sucesora, en detrimento de su hija Juana la Beltraneja.

Y llegó la guerra…

A la muerte de Enrique IV, y con los rumores del envenenamiento por parte de Isabel y Fernando, Castilla está dividida. Isabel contaba con el apoyo de la mayor parte de las ciudades de Castilla, sus enemigas eran Madrid, así como también Zamora, Toro y Castronuño, que fueron el foco principal de aquella guerra. El día 1 de noviembre de 1476, estando Isabel en Toro , ordenó poner sitio a Castronuño. 11 meses duró el asedio hasta que Fernando negoció con Avendaño, el alcaide de la villa, que finalmente se trasladó a Portugal. Escarmentados por la guerra, los vecinos derribaron el castillo y las murallas de la fortaleza, para evitar en lo sucesivo la repetición de aquellos hechos.

Dedicada tradicionalmente al cultivo de sus fértiles huertas, en las décadas de los años 30 y 40 del s.XX a Castronuño le fue expropiado el mejor y más fértil terreno de su vega, para la construcción y puesta en funcionamiento de los canales de San José y de Toro y la central Hidroeléctrica.

Es un edificio construido en sillarejo de piedra caliza de principios del XIII, a caballo entre el románico y el gótico y de mayores dimensiones que una ermita convencional.

Destaca en su interior la talla de un Cristo de origen renano del S.XIV.

Construido en una época en que más de la mitad de la población carecía de conocimientos para poder leer o escribir y un millón y medio de niños jamás había acudido a la escuela. Había seis secciones, tres para niños y tres para niñas, que daban clases de manera separada.

Desde el Alto de la Muela se domina toda la vega del río. Desde aquí podemos ver el gran meandro que dibuja el Duero a su paso por Castronuño, uno de los más grandes de Europa.

En  el parque de la Muela se sitúa  un área recreativa, una zona de esparcimiento con columpios, bancos, mesas, papeleras y una fuente de agua potable. Hay también un anfiteatro y numerosas bodegas, alguna de ellas tiene su origen en el siglo XV.

Paseando por el Parque de La Muela, nos encontraremos con la escultura de “La Cantarera”, y  con el Homenaje a los Pescadores, con “Catalina”, la barca del último pescador del Duero.

Y por supuesto, nos encontramos con el mirador de la Muela, con una magnífica vista del meandro y de la zona protegida.

E2) Senda de los pescadores

El comienzo es idéntico a la senda de los almendros, llegando al puerto y al observatorio de aves. En vez de cruzar la carretera, seguiremos paralelos al río hasta la presa de San José, un curioso caso en el que la construcción de una presa ha favorecido a la fauna por el crecimiento de carrizales al ralentizarse el caudal del río.

Cruzaremos el puente sobre el embalse y tomaremos un camino a la derecha hasta el Escenario Deportivo y social de Pesca, un área recreativa con mesas y bancos y 60 puestos para pescadores.

Seguiremos paralelos al río hasta el puente de ferrocarril que lo cruza, punto donde daremos la vuelta de nuevo en dirección a la localidad.

E3) Senda del ferrocarril

Esta senda sale en dirección contraria a las dos anteriores. Entre bosque de ribera, carrizales y varias huertas llegaremos al paso a nivel de la vía de tren. La cruzaremos y a nuestra izquierda dejaremos el puente del ferrocarril sobre el Duero.

Continuaremos nuestro camino paralelo al río y tras atravesar un pinar, caminaremos paralelos a la vía del tren hasta llegar al andén derecho de la Estación de Ferrocarril de Castronuño, con el edificio para los pasajeros. Entre las instalaciones aledañas a la estación, podíamos encontrar el almacén de vía y obras, la carbonera, la sala de maquinaria fija, una depuradora y depósito de agua, servicios, etc.

Tras esta parada en el camino, debemos seguir caminando al lado de la vía hasta llegar a la Carretera Vieja y volver de nuevo a la localidad.

E4) Senda del Duero

Esta ruta se puede decir que engloba a todas las anteriores, y es la que hicimos nosotros. No está publicitada en la página del Ayuntamiento de Castronuño porque implica cruzar el puente del ferrocarril sobre el Duero. Sin embargo te puedo decir que el puente es amplio y hay espacio de sobra para los peatones  en caso que pasara un tren.

Bajo mi punto de vista es la ruta total y la más completa que engloba a todas.

La ruta es común a la senda de los pescadores, cruzando el embalse de San José y llegando a los puestos de pescadores. Sin embargo en vez de darnos la vuelta, cruzamos el puente del ferrocarril sobre el río Duero y llegamos hasta la estación. Hora de darse la vuelta y al llegar al puente de nuevo, en vez de cruzarlo seguimos por la otra orilla del Duero entre carrizales, hasta alcanzar la localidad.