La mezquita de Santa Sofía en Estambul

1 .- La mezquita de Santa Sofía en Estambul

«Gloria a Dios, que me ha considerado digno de llevar a cabo tal obra. Salomón te he superado» exclamó Justiniano en la reinauguración de la iglesia de la Divina Sabiduría el día de Nochebuena del año 563. No se si realmente superó a Salomón o no, pero lo que está claro es que dejó para la posteridad una obra realmente descomunal, una referencia mundial para el resto de generaciones y modelo de casi todas las mezquitas de Estambul.

Construida como iglesia en el siglo VI, fue convertida en mezquita en el siglo XV y pasó a ser museo en el siglo XX. Sin embargo en una Turquía cada vez menos laica, en 2020 ha vuelto a tener el estatus de mezquita por obra y gracia del Sr. Erdogan, corriendo una cortinilla durante el rezo para cubrir los mosaicos bizantinos…¡ sin palabras !.

Construida por el físico Isidoro de Mileto y el matemático Antenio de Tralles,  fueron necesarias más de 10.000 personas para su construcción y se utilizaron materiales de todo el Imperio. Se usaron columnas del templo de Efeso, piedra negra del Bósforo, piedra amarilla de Siria, pórfido de Egipto y mármol verde de Tesalia.

El exterior de Santa Sofía

Es impresionante el exterior por su gran volumen, sin embargo la presencia de cuatro grandes contrafuertes le resta la gracilidad que si tiene su vecina Mezquita Azul. Os dejo una foto de día y de noche con una fuente un pelín kitsch. 

En la entrada de Santa Sofía podrás encontrar columnas clásicas, capiteles y entablamientos que pertenecen a las dos iglesias primitivas aquí construidas que se levantaron en los siglos IV y V. Además la basílica está rodeada de atractivas tumbas otomanas, fuentes y edificios adyacentes.

Las tumbas pertenecen a sultanes como Selim II, Murad III, Mehmed III, y Mustafa I e Ibrahim que reposan en una tumba sobre el antiguo baptisterio. Es curioso ver como entre las tumbas tan sagradas, descansa tranquilamente una gatito color canela, ¿lo encuentras?.

El interior de la mezquita de Santa Sofía en Estambul: el nártex

El nártex es el acceso a la basílica y es una gran cámara cubierta con finos paneles de mármol. Encima de la puerta central de bronce, la utilizada para las procesiones que encabezaba el emperador o el patriarca, se encuentra el mosaico de León VI postrado ante Cristo y flanqueado por medallones de la Virgen y el arcángel San Gabriel.

En el fondo sur del nártex llegamos a un pasadizo irregular conocido como vestíbulo de los Guerreros. El nombre viene porque era el punto hasta donde se permitía avanzar a los guardaespaldas de los emperadores. El mosaico sobre la puerta es del siglo X, y representa a la Virgen y Jesús recibiendo el homenaje de Justiniano a la izquierda y Constantino a la derecha. Están en actitud de ofrecimiento de modelos en miniatura de Santa Sofía y de la ciudad como tributo.

La nave de Santa Sofía en Estambul

La solución bizantina de pechinas y contrafuertes propició el milagro, una cúpula que parece flotar en el espacio . Cuatro sólidos pilares soportan cuatro grandes arcos , que sustentan la base circular de la inmensa cúpula nervada de 33,5 metros de diámetro, 55,6 metros de altura y 40 ventanas. Toda una proeza de la arquitectura. La cúpula que vemos no es la primera, ya que ésta se derrumbó por culpa de un terremoto en el año 557. Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto hizo la actual, utilizando materiales más ligeros y elevándola con respecto al primer intento.

En el interior había un andamio que llegaba hasta la cúpula, pero dejaba ver pefectamente la estructura de la basílica. Nada parecido a la primera vez que visité Estambul donde los andamios tapaban la totalidad de la cúpula y no pude ver nada. La vida da segundas oportunidades.

En el ábside oriental, que coincide prácticamente con el actual mihrab (nicho orientado hacia la Meca), se encuentra el mosaico de la Virgen y el niño.

En el interior busca  la columna de San Gregorio de Taumaturgo con su agujero. Cristianos y musulmanes de todas las épocas han desgastado esta columna, húmeda al tacto,  porque se cree que cura las enfermedades de la vista y ayuda a la fertilidad.

La galería superior

Desde el nártex puedes subir una rampa que te da acceso a la galería superior de la mezquita de Santa Sofía en Estambul. Esta tribuna estaba reservada para las mujeres de Bizancio. De hecho aún puede verse el emplazamiento donde se encontraba el trono de la emperatriz, sobre un circulo verde y dos columnas.

Desde la parte superior hay unas magníficas vistas de la cúpula y la nave de la basílica.

No dejes de fijarte en la labor de filigrana de los capiteles de las columnas bizantinas. Desde una ventanita puedes ver las tumbas otomanas y la mezquita azul en la lejanía.

Destacan en esta planta superior tres mosaicos. El más famoso seguramente de toda Santa Sofía es el mosaico que muestra a Cristo como juez universal entronizado entre la Virgen y San Juan.

Al fonde de la galería sur, tenemos dos mosaicos también con una calidad espléndida. El primero, de mediados del siglo XI,  nos muestra al Pantocrátor flanqueado por las figuras de Zoe y Constantino XI Monomarco. El segundo nos muestra un retrato de Juan el  Bueno y Santa Irene con la Virgen y el Niño. 

Soy Juan Ángel Valdunquillo, ingeniero industrial por profesión, historiador del arte por devoción y apasionado de los viajes. Agradezco la inestimable colaboración de @rebeldeviajero con sus fantásticos dibujos y su compañía viajera.